sábado, 24 de enero de 2009

Porno

Es sabado por la mañana y fuera graniza. Si en un rato saco fuerzas me pondré ropa y me iré al espigón del puerto (eso que la tele tanto desaconseja) a ver romper las olas un rato y puede que incluso a sacar una foto o dos (cutres de amateur que ni siquiera tiene aspizaciones fotograficas, más alla de congelar y recordar un momento y, puede, colgarlo por aqui para que algún aburrido vea lo que yo) no me iré a la cantábrica porque me apetece ver olas, pero no tan de cerca y ademas la semana pasada el temporal se llevó allí a un pobre desgraciado, así que la gente posiblemente te mire como si estuvieras enajenado si te pones allí durante un par d semanas.
Claro que antes ordenaré un poco la casa, que está de leonera subida: hay ropa sucia en el suelo y los platos de la segunda cena de ayer (nosotros solemos cear dos veces, una primera en el curro y luego algo ligero a las tantas mientras leemos o trasteamos con el ordenador)
Trocitos de mi vida esparcidos: ropa, una tortuga de peluche, el DVD de Boondock Saints, la caja del ordenador nuevo y un ordenador viejo para preparar y despedirme de. Normalmente el desorden me molesta muchisimo, pero llevo unos dias bastante zen así que lo llevo bien.
La pitufa duerme, la mañana de sabado para ella es sagrada, y yo trasteo, leo el vivora, escribo aquí leo sobre porno. A mi el porno no me llama como a mucha gente, antes lo veia con palomitas, me reía con los doblajes cutres. De un tiempo a esta parte no, de un tiempo a esta parte me interesa. Y digo que me interesa no como consumidor de kleenex, me interesa como fenomeno. Me gusta ver que se está haciendo porno distinto, porno que no esta enfocado al público habitual. Por primera vez veo porno que si me refleja a mí como ser sexual. Se me hace raro.

Es sabado por la mañana, fuera graniza y dentro de un rato pondré una lavadora y me iré a ver el temporal.
Me gusta mi vida.

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