domingo, 26 de julio de 2009

Echoes

Ayer cerramos por última vez la puerta de nuestro primer local. Ha sido un viaje trepidante de practicamente un año, hemos aprendido mucho, cometido muchos errores y tenido más exitos de los que esperabamos tener. Nunca esperamos llegar a este punto tan rapido, la verdad. Da una cierta sensación de vértigo. La última mesa fue un grupo de seis, era su tercera visita y dejaron treinta euros de propina. Fue un broche de oro para un periodo de nuestras vidas importante, muy importante. Este primer local, situado en el culo del mundo y de un tamaño minimo, ha hecho mucho por nosotros. Mucho.
La puerta se volverá a abrir varias veces en la proxima semana, pero el local no volverá a abrir. Posiblemente revertirá a su estado de chigre de barrio vendiendo vino de sesenta centimos a los paisanos que nosotros echamos del local. Se sentaran en la barra y hablaran con los nuevos dueños de la pareja de raros que tuvieron el local antes y por que ellos no entraban. Pero durante unos meses fuimos un pequeño reducto en un barrio donde no había nada más. Nos sentiamos un poco como Asterix y Obelix. Con jabalíes y todo.

Nos vamos contentos, con la sensación de haberlo hecho bien. Esperamos que los amigos que hemos hecho en este primer local nos sigan al nuevo, aunque sabemos que algunos no podrán venir tan a menudo, pero allí estaremos para ellos. Siempre serán los primeros, siempre serán un poquito especiales.

Y ahora toca abrir el nuevo: proveedores, decoración, nueva carta, personal, publicidad... con suerte y si no pasa nada raro el día seis de agosto inauguraremos el nuevo local, cien metros más grande que el anterior y justo en frente de la playa. Deseadnos suerte.

El año pasado por estas fechas estabamos preparandonos para abrir un local.
Este año, como decía el mexicano que vendía cerveza de barril embotellada, es lo mismito pero diferente.

Gracias a todos, seis de agosto Rufo Rendueles 3. Allí nos vemos si os apetece.

martes, 14 de julio de 2009

Una pequeña divagación sobre la naturaleza del sector hostelero.


" El domingo 12 de julio el Oremus Gothic Club ha cerrado sus puertas.

Tras cuatro años intentando ofrecer un lugar de calidad y abierto a cualquier iniciativa de toda aquella gente que no tenia un espacio propio, no hemos podido sobreponernos al acoso de un ayuntamiento empeñado en acabar con los pocos lugares de alternancia al pensamiento único instalado en esta ciudad.


Damos las gracias a todas las personas que han apoyado incondicionalmente esta aventura y estuvieron con nosotros hasta el final."

Sacado del myspace del Oremus.
Y sin lugar a dudas es una pena, pero...

Seamos ordenados. Seamos justos.
A pesar de que yo no iba demasiado por el Oremus, por una serie de incompatibilidades de horarios laborables, tenía en gran estima el proyecto. Siempre es bueno que haya gente con motivaciones e iniciativas dispuesta a mojarse. Lo siento sobre todo por Marian, que le ha dedicado un doscientos por cien al proyecto. De verdad que lo siento. Pero no es cierto que el Oremus haya sido cerrado porque haya una persecución en Gijón para instalar un pensamiento único de ningún tipo. Si hubiera sido un bar de bisbaleros habría caido igual. Porque el problema del Oremus era donde estaba, no que tipo de bar era.

La ruta de los vinos de Gijón es una zona que está dando problemas. Solía ser una zona de copas con bastante afluencia nocturna, pero ya hace unos años que está de capa caida. El resurgimiento de Cimadevilla y la popularización del area de fomento, las dos zonas más pujantes ahora mismo, la han dejado tocada bajo la linea de flotación. Eso sin contar las zonas emergentes de las afueras (cada vez hay más gente que sale por zonas como contrueces y nuevo gijón) que también se llevan un trozo importante del pastel. En total es una zona que se ha quedado triste, muerta. Un miercoles es como un pueblo fantasma y solo viernes y sabado tiene un cierto movimiento.
Pero es que además esta zona está en una zona supergolosa que se queda fatal aprovechada: se compone de dos calles peatonales y dos de trafico rodado entre la calle corrida (calle peatonal de tiendas, uno de los principales ejes comerciales de la ciudad, y si, ya sabemos que el nombre hace mucha risa) la calle san bernardo (paralela a la playa y con mucha vida de tarde) y la plaza del ayuntamiento (sin comentarios). O sea: una pera en dulce. Además justo al lado acaban de inaugurar un hotel agnífico y todo el mundo, desde el ayuntamiento a los hosteleros, se muere porque la zona de un cambio, cierren los cuatro garitos de copas que hay y los locales queden vacios para abrir restaurantes, vinaterias y tiendas. Que las calles peatonales se peten de terracitas monas y que se creé una zona emergente que produzca pasta y atraiga gente. Porque en lugar de eso ahora mismo lo que tenemos en esa zona es un puñetero agujero negro que no produce nada a nadie. Y digo a nadie porque es a nadie. Los propietarios de los locales que hay ahora mismo no están sacando ni para pipas porque alquilaron esos locales cuando la ruta era una zona de copas potente y los locales generaban unos dividendos importantes, y con unos alquileres en consecuencia. Y ahora claro, se encuentran con que están pagando una pasta al mes a cambio de unos locales que no se llenan ni un día a la semana. Y eso los que se llenan algún día a la semana. Hay varios que no lo hacen.

En un mundo idílico lo que ocurriría sería lo siguiente: Los inquilinos de esos locales levantarían el vuelo a otras zonas de Gijón, que a fin de cuentas ahora mismo hay muchisimos locales vacios, donde bien tuvieran más clientela (mudandose a fomento, por ejemplo) o a una zona con unos precios más bajos donde pudieran subsistir con el nivel de clientela que tienen ahora mismo. Los locales serían ocupados por negocios más acorde con lo que la mayoría de la gente quiere que sea esa zona y santas pascuas. Pero el mundo no es idilico, no señor. Y a los inquilinos de esos locales en su momento los timaron. Y el timo en cuestión, que está muy extendido, es el traspaso.

Vamos a explicar un momentito lo que son los traspasos, porque aunque es un termino que oimos mucho la gente no lo tiene muy claro: un traspaso es la venta de un contrato de arrendamiento. Esta venta se produce entre el anterior inquilino y el nuevo inquilino, esto es importante y recordemoslo: el propietario del local no participa en el proceso de traspaso. Vamos con un ejemplo: yo alquilo un local por, digamos, 300 euros al mes. Mi contrato es indefinido y contempla la posibilidad de traspaso (o no dice nada al respecto, que cara a la ley es lo mismo) Cinco años despues decido dejar el negocio, pero en lugar de simplemete dejarlo se lo ofrezco a un chico que esta buscando local en la zona por, digamos, 20000 euros. El me paga los 20000 napos a mi y el contrato se traspasa. Fin. Hasta aquí todo parece justo y limpio: yo me llevo un dinero y el nuevo inquilino un contrato a los precios de hace cinco (o diez, o quince, o veinte) años. ¿Donde está el timo? Pues vamos con ello porque en realidad no es uno, son dos.

Primero: la mayoria de contratos no permiten el traspaso. Porque hacen que el propietario del local no tenga control sobre a quien se alquila su local. Pensad un momentito como de peligrosos es esto: yo conozco historias donde gente de locales ha estado más de un año sin pagar el alquiler, han arrasado el local, dejado deudas de todo tipo. Conozco un caso de un local que funcionó sin licencia de apertura, acumuló mas de setenta denuncias y cuando los propietarios consiguieron que se les cortara la luz (a nombre de los propietarios porque los inquilinos no lo cambiaron) ¡metieron dentro del local un generador de obra! Así que muchos popietarios ponen una clausulita muy mona en el contrato del tipo "el inquilino renuncia al derecho de traspaso sobre el local" y listos. Así que muchos de los supuestos traspasos que se hacen en realidad no lo son.
En estos casos el inquilino, aprovechandose de que tiene dominio sobre el local (es muy dificil que el propietario lo arriende sin su cooperación) habla con el propietario para que le permita hacer una venta de contenidos. Vamos, que en teoria tu no estas comprando el contrato, si no los contenidos del local. Esto no suele ser más que un ardid burdo para chupar un traspaso al nuevo inquilino y el valor de los contenidos no suele llegar ni de lejos a lo que se pide por ello. Pero al inquilino le viene bien (se lleva unas buenas pelas por la cara) y al propietario también (porque como no es un traspaso aquí si hace un contrato nuevo. Y, logicamente, ajusta el precio del alquiler) El único que paga el pato aquí es el pringado que entra el último y paga un montón de dinero por nada. Se lleva un local con las condiciones y precios actuales y paga como si le traspasaran un contrato antigua. Pero el timo interesante es el...

Segundo: cuando coges un traspaso te venden la moto de que es un dinero que vas a recuperar. Y esta es la gorda. Sea el traspaso un traspaso legítimo o una venta de materiales en todo el proceso se te intenta convencer de que, de la misma manera que tu ahora pagas un traspaso cuando lo dejes podras cobrar uno. De hecho, que demonios, es un gran negocio porque el traspaso que tu cobres seguramente será bastante más alto que el que has pagado. Pero esto no es cierto. Porque el sector hostelero es volatil. pensad en las zonas por las que saliais hace quince años ¿Siguen existiendo alguna? Y caso de que sigan ¿Se parecen en algo a lo que eran cuando saliais por ellas? Lo que hace diez años era una zona de copas de gente bien ahora puede ser una zona de calimotxeo puro y duro. O no ser nada. ¿Y quien va a pagar entonces ese traspaso?

Y eso es lo que pasa con la ruta de los vinos: los inquilinos de los locales no quieren soltarlos sin recuperar el dinero que pusieron por ellos, los hosteleros de la zona dispuestos a invertir (que son los que pueden coger esos locales) no estan dispuestos a pagar unos traspasos que esos locales, claramente, no valen. Nadie quiere empezar su aventura empresarial soltando 60000 eurazos que sabe que no va a recuperar (porque no va a montar un local del mismo tipo, así que cuando lo suelte no va poder pedir el mismo traspaso) porque eso pesa en el banco. Y mucho. Los propietarios de locales pasan de todo, porque ellos no han visto un duro en el asunto y porque mientras los inquilinos paguen la renta ellos felices (Y si, les es más rentable que la zona cambie, pero mientras los anteriores inquilinos no suelten tampoco pueden hacer nada. Y además son conscientes de que al final el cambio se producirá y que posiblemente los precios de sus locales bajen, así que todo lo que puedan chupar antes bienvenido sea) Y el ayuntamiento... bueno, pues al ayuntamiento al final se le han hinchado las gónadas.

El ayuntamiento son los primeros interesados en que esa zona cambie: ahora no produce nada, es una zona afeada y que no aporta nada a la ciudad. Quieren que de el paso de ocio nocturno a oicio diurno pero ya. Y tienen una manera muy facil de conseguirlo: cerrar los locales.
Y es que el ayuntamiento aplica sus ordenanzas de una manera increiblemente laxa: a fin de cuentas todos sabemos que gran parte de la riqueza de gijón viene del sector hostelero, así que tampoco cunde andar tocandoles los cojones todo el rato. Así que aqui la ordenanza de horarios de cierre se cumple... según el barrio. Más o menos uno de cada veinte locales con música amplificada tiene licencia de música amplificada. Y más o menos así con todo. Así que el número de locales que cumplen todas las ordenanzas en gijón son, así a ojo de buen cubero, ninguno. Y eso sin meternos en locales que tienen abierto al publico zonas que no deberían (que son un porrón) y otras gracietas por el estilo. Vamos, que para cerrar un local el ayuntamiento lo tiene muy facil.

Y esto es una putada para los inquilinos de locales, lo se. Pero funciona: en dos meses de dar caña a la zona habrán conseguido que unos locales hayan cerrado, otros al ver pelar las barbas del vecino prefieran simplemente cerrar a cerrar con una multa de 12000 napos (incumplimiento del horario de cierre, por ejemplo, lleva esa cuantia la segunda vez que te pillan. Y todo el mundo lo incumple, porque si no no llegas a fin de mes) y habrá alguno que se reconvierta y cambie la linea de su negocio (un par ya lo han hecho). Los locales vacios, ya libres de traspaso, serán ocupados por negocios más acordes con lo que se quiere hacer en la zona y listo.

Efectivamente esto es una putada para los actuales inquilinos de los locales, como el Oremus que ha sido el primero en caer (que por cierto yo no pense que lo sería, yo apostaba por La Caja de Músicos, un local que funciona como asociación cultural y vendía alcohol y además ya está teniendo quejas de vecinos) pero no es por una persecución del ayuntamiento a nada. Es porque hace unos años, cuando alquilaron los locales, les timaron.

Ni más, ni menos.