
La puerta se volverá a abrir varias veces en la proxima semana, pero el local no volverá a abrir. Posiblemente revertirá a su estado de chigre de barrio vendiendo vino de sesenta centimos a los paisanos que nosotros echamos del local. Se sentaran en la barra y hablaran con los nuevos dueños de la pareja de raros que tuvieron el local antes y por que ellos no entraban. Pero durante unos meses fuimos un pequeño reducto en un barrio donde no había nada más. Nos sentiamos un poco como Asterix y Obelix. Con jabalíes y todo.
Nos vamos contentos, con la sensación de haberlo hecho bien. Esperamos que los amigos que hemos hecho en este primer local nos sigan al nuevo, aunque sabemos que algunos no podrán venir tan a menudo, pero allí estaremos para ellos. Siempre serán los primeros, siempre serán un poquito especiales.
Y ahora toca abrir el nuevo: proveedores, decoración, nueva carta, personal, publicidad... con suerte y si no pasa nada raro el día seis de agosto inauguraremos el nuevo local, cien metros más grande que el anterior y justo en frente de la playa. Deseadnos suerte.
El año pasado por estas fechas estabamos preparandonos para abrir un local.
Este año, como decía el mexicano que vendía cerveza de barril embotellada, es lo mismito pero diferente.
Gracias a todos, seis de agosto Rufo Rendueles 3. Allí nos vemos si os apetece.